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- Agua Bendita y Milagrosa: En 1955, estando Sor María Romero en el colegio María Auxiliadora de Costa Rica, fue a la capilla a suplicarle a la Virgen que le concediera agua bendita y milagrosa como lo hizo en Lourdes, y a partir de entonces, dio por concedida la solicitud y comenzó a utilizarla con gran éxito. A través de esta agua, por intercesión de Sor María Romero, se han llevado a cabo la mayor cantidad de milagros hasta ahora registrados y documentados. Originalmente era un agua que se sacaba del grifo, pero posteriormente Sor María Romero dio a hacer su propio pozo.
- El bebé desahuciado: En el 2002, el Dr. Mauricio Barrantes Zamora le contó al Padre Pecheco que cuando él tenía apenas 4 meses de nacido sus padres lo llevaron donde Sor María Romero porque los médicos lo habían desahuciado. Sor María Romero lo tomó en sus brazos, lo llevó al sagrario, se lo presentó a Jesús, y después de un momento de oración se lo devolvió a los padres diciéndoles: “El niño ya está curado y va a ser un gran hombre”. Y así sucedió.
- Multiplicación de las galletas: Doña Isabel Jiménez Nema cuenta que en 1955 Sor María Romero le pidió que le ayudara a repartir galletas a unos niños en ocasión de una de tantas fiestas que ella organizaba para atraerlos en la fe. Sor María le entregó una sola caja de lata de galletas para que repartiera a cientos de niños y niñas presentes. Sorprendida Isabel advirtió que no sería suficiente una caja para tantos niños, pero Sor María respondió con seguridad que sí alcanzaría, y colocó sus manos sobre la lata en señal de oración. Isabel repartió a todos y al final constató que habían galletas de sobra, habían quedado la mitad de la caja.
- Sanación de llaga: El Padre Luis Pacheco conoció de otra historia de sanación, que sucedió el último año de vida de Sor María Romero, y que le narró una señora muy humilde, quien le dijo: “Me acerqué a Sor María y le dije que quería hablarle”. “Tenía allí conmigo a un niño de 8 años. El pobrecito tenía detrás de la oreja una llaga que estaba supurando. Lo había llevado al médico pero la llaga no se sanaba”. “Sor María le puso la mano encima de la llaga. Hizo oración un breve momento y luego me dijo: ‘Ya está curado’. La llaga continuaba, pero al día siguiente estaba completamente sano”.
- Sanación de anciana: Una anciana de 90 años de edad había sido diagnosticada de oclusión intestinal y que por su avanzada edad los médicos no se atrevían a operarla. Un sobrino de la anciana, Do Gonzalo Chávez Rivera, acudió donde Sor María Romero aprovechando la amistad que junto a su esposa los unía. Sor María le entregó una botellita de agua bendita para que la anciana la bebiera. Poco después de haber bebido el agua milagrosa, le hicieron una nueva radiografía a la anciana. Grande fue la sorpresa de los médicos al constatar que en la nueva radiografía había desaparecido la oclusión intestinal.
- Niño salvado de la muerte: Este es un caso que aconteció en 1974, con un niño de 12 años llamado Olger Castillo Jiménez quien después de haber sufrido de un accidente en una pierna su situación se complicó al punto de pasar mucho tiempo en hospitales padeciendo de enfermedades mortales (hosteomelitis, septicemia, pericarditis, enfermedad pulmonar e insuficiencia cardíaca). Su angustiada madre, Doña Lidia Jiménez Vásquez de Palmares, siguió las recomendaciones de una amiga de visitar a Sor María Romero. Cuando la visitó, Sor María le entregó un canto a la Virgen llamado Magnificat (Magnífica), un libro de los 5 sábados en honor a María, un librito de la novena de María Auxiliadora, le pidió que rezara todos los días el Santo Rosario y le entregó una botella pequeña de agua milagrosa para que le diera de ver diario a su pequeño hijo. Finalmente, le enseñó la siguiente oración: “Pon tu mano, Madre mía. Ponla antes que la mís. Por la Santa Cruz líbranos Señor de todo mal. María Auxiliadora, que triunfe tu poder y tu misericordia. Líbranos del demonio y de todo mal y escóndenos bajo tu manto”. Sor María le aseguró que su hijo sanaría. El niño fue operado del corazón y plenamente recuperado. Ahora es un hombre y su madre lleva 30 años rezando todos los días la oración que le enseñó Sor María Romero.
- Sanación de infección en el oído: La hija de 3 años de edad de Doña María Eugenia Aguiar, padecía de un grave problema en uno de sus oídos como consecuencia de una infección anterior. Una radiografía detectaba que le bajaba un líquido de la cabeza a través del hueso mastoide. El tímpano se le veía negro. Algunos médicos recomendaron suplantar los conductos del oído por unos artificiales. Doña María Eugenia era ex alumna del colegio María Auxiliadora de San José por lo que una mañana acudió donde Sor María Romero acompañada de su hija. Sor María, sin que le dijeran cuál era el oído enfermo le colocó acertadamente unas gotitas del agua milagrosa y le dijo “Ni ahora, ni nunca te van a operar a tu hija”. Ese mismo día, al final de la tarde, fueron donde el doctor a examinarla, y para sorpresa del galeno la niña estaba ¡completamente sana!
- Tumor canceroso: A inicios de la década de los 70, detectaron un gran tumor canceroso en el estómago de Doña Rosa Bejarano Gómez. Sus hijas visitaron a Sor maría, quien les recomendó pedir con mucha devoción por la Señora Bejarano, además de entregarles una botellita del agua milagrosa. Al día siguiente, los exámenes médicos determinaban que el tumor había desaparecido.
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La congregación solicitante de la canonización ya ha presentado al Vaticano 7 casos de milagros post-beatificación, pues recordemos que después de ser estudiados, al menos uno de ellos debe comprobarse para que proceda la canonización.